La Unidad del Dolor forma parte del Servicio de Anestesia-UCI. Dentro de ella, existen distintas disciplinas dirigidas al manejo adecuado del dolor crónico, incluyendo la prevención de su aparición desde el control del dolor agudo postoperatorio.
Desde 2013 cuenta con procedimientos invasivos como la radiofrecuencia de estructuras nerviosas como método de insensibilización, dirigido al control del dolor crónico en el paciente crónico.
Dirigimos nuestro esfuerzo a optimizar el abordaje multidisciplinar del dolor, estructurando circuitos de flujo en pacientes que requieren de seguimiento por el Servicio de Traumatología, Rehabilitación, Reumatología y Fisioterapia. Además, colaboración con el Servicio de Oncología, para manejo del dolor en el paciente paliativo.
Actualmente la Unidad del Dolor se considera una unidad intervencionista, destinada al control del dolor potencialmente tratable con técnicas y procedimientos invasivos o mínimamente invasivos que permitan ofrecer una mejora en la calidad de vida del paciente.
Destinada a la atención del paciente con dolor crónico (> 6 meses) o de difícil manejo del dolor. También, al seguimiento del paciente con tratamientos complejos que requieren de un seguimiento exhaustivo y un ajuste preciso de la medicación. Es frecuente al grupo de pacientes procedentes de servicios quirúrgicos, tras someterse a una cirugía que presenten complicaciones derivadas de esta y no sean candidatos a nueva intervención. Suelen predominar pacientes con lumbalgias, ciatálgias y otros dolores dervicados de traumatismos o intervenciones previas. Además, también el paciente oncológico al que se le ofrecen posibilidades de tratamiento avanzado para mejorar su calidad de vida sin dolor.
Además, dispone de atención telefónica al paciente a través de la enfemería especializada en la unidad, que asimismo se encarga del seguimiento cercano del paciente tras las intervenciones.
Los pacientes sometidos a cirugía mayor con ingreso, como parte del proceso perioperatorio, se comprende el adecuado manejo del dolor agudo. La optimización anestésica y periodo postoperatorio inmediato son requisitos indispensables para el abordaje del paciente. El seguimiento en sala de hospitalización o mala evolución de un tratamiento es competencia de la Unidad del Dolor y debe ser interconsultado por el médico responsable.
Se trata de procedimientos ambulatorios, dónde el paciente tras el mismo, es dado de alta a domicilio con las recomendaciones pertinentes. Se realizan frecuentemente técnicas destinadas al control del dolor la espalda, bajo monitorización y ansiolísis, y precisan de radioscopia o ecografía como método de guía para su realización. Además, se utilizan terapias locales y de radiofrecuencia en los nervios o articulaciones dolorosas. Dentro de este campo, también incluimos la colocación de bombas intratecales o electrodos de neuroestimulación. Se trata de opciones terapéuticas cuidadosamente indicadas, ya que se destinan a pacientes en los que se han agotado el resto de posibilidades terapéuticas.
También la sala de técnicas con la enfermera especialista de dolor lo días asignados a consultas externas. El enfermero es el encargado de la preparación del paciente, y del seguimiento e indicaciones previo a alta a domicilio. Se trata de técnicas que no requieren de ansiolísis ni ingreso ambulatorio: infiltraciones locales o puntos trigger, bloqueos musculares o nerviosos etc..
Se realizan procedimientos de prioridad alta en quirófanos de urgencias o bien, tras inclusión si se dispone de quirófanos programados. Su realización no debe superar la demora mayor de 1 semana y está dirigido al paciente que no consigue controlar el dolor pese a mediación intensiva y optimizada
Se trata de una nueva herramienta terapéutica que favorece la resolución del proceso doloroso junto con otras técnicas ya empleadas por los especialistas. Se llevan realizando algún tiempo en rehabilitación y en ámbito privado con muy buenos resultados: punción seca, electrolísisis, neuromodulación percutánea..