Educación maternal
Canto prenatal
En el Hospital de Dénia apuesta por el parto natural, no medicalizado siempre que el embarazo y las condiciones previas al alumbramiento sean normales.
Desde el momento en que la mujer es ingresada en el bloque obstétrico del hospital, no se aplican a priori determinadas rutinas que pueden resultar agresivas como:
Sobre el periodo de la dilatación la futura madre puede optar entre:
La relación entre centímetros dilatados y tiempo transcurrido suele ser de 1 a 1. Un centímetro cada hora y se intenta que la expulsión de la placenta se haga de manera natural.
El cordón umbilical no se corta hasta que no deja de latir. Inmediatamente después comienza el “inicio precoz” de la lactancia materna, en el que el Hospital de Dénia ha sido uno de los centros pioneros en España.
Desde el momento del alumbramiento, tanto en partos vaginales como en cesáreas, el hospital de Dénia pone también en práctica el método “piel con piel”, un contacto directo entre madre e hijo.
Para llevar a cabo los partos de la manera más natural posible, el Hospital de Dénia tiene 8 habitaciones individuales de dilatación. Todas con aseo propio.
Cada una de las habitaciones dispone de un tipo de camas especiales que se transforman en obstétricas para que puedas dar a luz a tu hijo en compañía de la persona que desees.
En estos paritorios tienes a tu disposición elementos que no te serán ajenos para ayudarte a dar a luz a tu hijo de la manera más natural posible. Entre estos objetos están la silla y la pelota de parto. Si quieres también te puedes traer objetos personales, como música, almohadones o iluminación.
La cercanía y la comodidad son compatibles con la tecnología que tienes disponible en los paritorios, como un sistema de telemetría para controlar la dinámica uterina sin cables –un sistema inalámbrico para medir las contracciones y la frecuencia cardíaca fetal-.
Frente a las 8 salas de dilatación hay también 2 paritorios y 1 quirófano por si necesitaras que te atendamos en ellos.
La atención a la mujer embarazada y su orientación al parto natural se practica ya desde Atención Primaria, desde los centros de salud. En primera instancia con las clases de preparación al parto.
Es importante que, cuando tu matrona lo requiera, acuda a las clases de preparación al parto la persona que hayas elegido para que te acompañe durante el nacimiento de tu hijo. Allí le instruiremos sobre el papel de apoyo y compañía que tiene que desempeñar y que, en muchas ocasiones, es fundamental para la futura madre.
Durante las clases de preparación al parto que organizan los distintos centros de salud de la Marina Alta, hay visitas programadas al Área de Ginecología y Obstetricia del Hospital. En estas visitas guiadas te enseñarán cómo es el espacio físico donde se va a desarrollar tu parto y con qué elementos vas a contar. A la persona que te acompañe también le enseñarán cómo colaborar y servirte de ayuda.
En el Departamento de Salud de Dénia somos precursores en el fomento de la cultura del parto natural pero también, si lo que deseas es un parto más intervenido, con la administración de la anestesia epidural en el momento que la requieras.
Lo importante es que tú puedes elegir cómo quieres dar a luz. Para eso disponemos de un documento legal, con una validez similar al registro de voluntades anticipadas, en donde puedes indicar tus preferencias.
El Plan de Partos se estructura en cuatro grandes bloques:
El contacto piel con piel con la madre es el hábitat natural del recién nacido y la lactancia materna el comportamiento programado para ese hábitat.
Existen suficientes argumentos biológicos, fisiológicos, antropológicos y del neurocomportamiento que muestran que el contacto piel con piel, junto con la lactancia aterna, representan el estado normal que permite la óptima adaptación de los recién nacidos de todas las especies al medio extrauterino.
Cuando se deja espontáneamente al recién nacido piel con piel con su madre durante el tiempo suficiente (los primeros 70 minutos tras el parto), el recién nacido repta hasta el pecho y hace una succión correcta. Este hecho se relaciona con una mejor implantación y duración de la lactancia materna.
Este proceso es frágil, requiere su tiempo y puede alterarse si se interrumpe el contacto, aunque sea unos minutos.
Numerosos estudios han demostrado la ausencia de riesgo y la existencia de claros beneficios del CPP, tanto para el niño como para la madre.
Este contacto precoz se realizará siempre que:
En el Departamento de Salud de Dénia la cultura de la lactancia materna está muy arraigada en todos los estamentos. Comienza con las matronas en los Centros de Salud, pasa por Obstetricia y Ginecología, hasta el equipo de Pediatría.
Normativa Dep Salud Dénia
Promovemos la cultura de la lactancia y su inicio precoz. En nuestros paritorios, antes incluso de cortar el cordón umbilical y nada más nacer el bebé –incluso en las cesáreas-, colocamos la recién nacido sobre el pecho de la madre para que comience el proceso instintivo de la lactancia materna.
Previamente la mujer ha tenido una formación en su centro de salud durante las clases de preparación al parto en las que se le instruye sobre los beneficios del amamantamiento. Esa cultura de la lactancia materna sigue en el Hospital durante el parto, en la planta de hospitalización en el posparto y con los talleres de maternidad en los centros de salud.
Nuestros equipos de trabajo de Pediatría, facultativos y personal de enfermería, han sido precisamente los impulsores del Concurso de Fotografía Marina Alta sobre Lactancia Materna, del Grup Nodrissa. Además colaboran activamente con una de las webs que más visitas recibe de España sobre las compatibilidades de los medicamentos con la lantancia materna.
Para la OMS, La Organización Mundial de la Salud, la Lactancia materna exclusiva es la única fórmula de alimentación recomendable para los recién nacidos, a los que no hay que proporcionarles, apostilla, ningún otro alimento, ni bebida, ni siquiera agua. Tampoco recomienda utilizar tetinas y amamantar a demanda, con la frecuencia que el niño desee.
La lactancia materna exclusiva ha de prolongarse hasta por lo menos los 6 primeros meses de vida. Es ideal para el correcto desarrollo de los niños ya que aporta toda la energía y los nutrientes necesarios durante ese periodo de tiempo; transcurrido el cual hay que mantener la lactancia materna, apoyada con alimentos complementarios. La OMS recomienda continuar amamantando hasta los dos años o más.
La lactancia materna ayuda al desarrollo sensorial y cognitivo del niño. Además le protege contra enfermedades infecciosas y crónicas. De hecho, según un estudio realizado en el Departamento de Salud de Dénia, los niños alimentados con biberón ingresan 14 veces más por infecciones gastrointestinales y 5 veces más por problemas respiratorios –bronquitis, neumonía- durante los seis primeros meses de vida que los que han recibido lactancia materna.
Nutricionalmente los alimentados con sucedáneos también tienen más problemas de digestión, ya que toman una leche que no es de su misma especie. A la larga, tienen riesgo de padecer más alergias y enfermedades de tipo inmunitario, como la diabetes.
La lactancia materna contribuye a la salud y al bienestar de las madres, ya que reduce el riesgo de cáncer de ovario y mama. También las protege contra la anemia y, en un futuro, contra la descalcificación, fracturas y de ciertos tipos de cáncer.
La lactancia materna es ecológica
Las familias de los bebés amamantados ahorran dinero y su comunidad economiza en gasto sanitario, en producción o importación de fórmulas y complementos (biberones, tetinas) y en reciclaje de desechos contaminantes.
Los fabricantes de leches artificiales han conseguido fórmulas químicamente similares a la leche de mujer pero tecnológicamente aún es imposible que puedan incorporar las innumerables defensas que contiene la leche materna. Tampoco podrán suplir su cálido envase, la ternura y contacto directo del amamantamiento.
Aunque la lactancia materna es un acto natural pero un comportamiento aprendido. Según la OMS, numerosas investigaciones han demostrado que las madres y otros cuidadores necesitan apoyo activo para iniciar y mantener prácticas apropiadas de lactancia materna. Por eso en el Hospital de Dénia enseñamos a las madres durante las primeras 24 horas del nacimiento del bebé cómo estimular sus pechos y las posturas correctas para facilitar al bebé la succión.
La lactancia materna no suele provocar problemas con la mayoría de los medicamentos. De hecho, más del 90% de las mujeres que lactan toman medicamentos o algún producto fitoterapéutico. De la misma manera existen muy poquitas enfermedades maternas incompatibles con la lactancia. De manera que, no dejes de dar pecho a tu hijo por este motivo. Ahora pasamos a enumerarte productos o prácticas que son compatibles con la lactancia y otros que no.
Si se han de usar anticonceptivos, los mejores son los mecánicos (preservativo, DIU), las píldoras con progestágenos y el método MELA.
Si tienes duda sobre algún medicamento o práctica, ponte en contacto con tu ginecólogo o el pediatra de tu hijo. También puedes consultar en alguna de las webs que más problemas de lactancia materna resuelven y en la que colaboran activamente los pediatras del Hospital de Dénia.
Organizado por el Grup Nodrissa y promovido por el Área Clínica de Pediatría del Hospital de Dénia, comenzó en 1996 con un centenar de fotos. En las ediciones de los últimos años se presentan más de un millar de fotografías procedentes de todo el mundo.
Son instantáneas recogidas en cualquier situación y momento mientras las madres están dando el pecho a sus bebés. Lo que persigue el Grup Nodrissa con el concurso es normalizar el hecho de amamantar en cualquier situación de la vida cotidiana.
La leche materna es, sin duda, la mejor manera y la más natural de alimentar a tu bebé. La leche de las madres ha garantizado la supervivencia de la especie humana a lo largo de la historia de la humanidad.
Cubre todas las necesidades nutricionales para el adecuado crecimiento del bebé. Su composición varía adaptándose a las necesidades de cada bebé, por eso cambia de madre a madre, a lo largo de la lactancia, a lo largo del día e incluso, a lo largo de cada toma.
Se ha comprobado que incluso las madres desnutridas y que viven en situaciones de pobreza y precariedad producen leche de calidad. Existen pequeñas variaciones individuales derivadas de la dieta, pero el cuerpo de las mujeres usa el mismo patrón para fabricar la leche, y ésta es siempre de calidad. Aunque comas mal y tu dieta no sea del todo equilibrada puedes estar tranquila, ya que las células que fabrican la leche se las arreglan para extraer de las reservas maternas todo lo necesario para que no le falte de nada a tu bebé.
Además, la lactancia materna protege de enfermedades presentes y futuras.
Ofrece al bebé muchas sustancias que le protegen frente a infecciones y previenen al bebé contra enfermedades alérgicas. Los niños no amamantados padecen con más frecuencia enfermedades a largo plazo como la diabetes, la obesidad, enfermedad inflamatoria intestinal e incluso algunos tipos de cáncer.
También la lactancia te protegerá a ti frente a enfermedades: tienes menos riesgo de sangrado tras el parto, recuperarás antes el peso de antes del embarazo, tienes menos incidencia de cáncer de mama y de ovario en la edad premenopaúsica, así como menor riesgo de fracturas de cadera tras la menopausia.
Las madres lactantes sanas necesitan alrededor de 400-500 Kcal/día extras, que se pueden conseguir con un aumento moderado en una dieta habitual equilibrada.
Consumir además pescado azul pequeño: salmón, caballa, boquerones, sardinas… por su alto contenido en ácido grasos omega-3, por lo menos un par de veces por semana. Limitar el consumo de pescado azul grande por su contenido en mercurio.
Las madres vegetarianas pueden necesitar suplementos de vitamina B12.
No hay alimentos prohibidos durante la lactancia. Es cierto que determinados alimentos pueden cambiar el sabor de la leche y el bebé rechazarla durante unas horas. Si esto sucede, lo mejor es evitar ese alimento.
La lactancia materna debe de ser a demanda: eso significa que el bebé debe de mamar cada vez que quiera y el tiempo que quiera y, que has de saber interpretar cuándo tu bebé quiere mamar.
No esperes a que llore para ponértelo al pecho, ni sigas un horario rígido. Cuando tu bebé esté despierto, alerta, saque la lengua o se chupe las manitas… entonces es el momento de amamantarlo.
La mayoría de los bebés maman muy frecuentemente, las primeras semanas más de 8-10 veces al día y esto es lo más habitual. También es normal que mamen varias veces por la noche. Las tomas nocturnas son buenas porque aparte de alimentarlo, estimulan la producción de prolactina, una hormona fundamental en la lactancia.
En los primeros días de vida y hasta que la lactancia esté bien establecida, si tu bebé duerme mucho y no pide comer, solo entonces tendrás que despertarlo cada 3-4 horas para que se alimente: evitaremos así la pérdida excesiva de peso y además, al mamar más frecuentemente, estimularás tu pecho para que produzca cada vez más leche.
Déjalo mamar el tiempo que quiera: solo él sabe cuándo tiene bastante. La mayoría de los bebés, una vez saciados, se retiran tranquilos de la mama. Unos se quedan dormidos y no quieren más, pero la mayoría suele despertarse y entonces hay que ofrecerle el otro pecho. Aunque la mayoría de los bebés maman de los dos pechos, cuando la mamá tiene gemelos, los alimenta perfectamente: un pecho para cada bebé.
Y recuerda también que la lactancia materna es a demanda del bebé… y de la madre. A veces los bebés están menos hambrientos y piden comer menos. La madre puede notar que los pechos están más ingurgitados, más duros y molestos. Entonces es el momento de despertar al bebé y ponerlo al pecho para que lo “vacíe” y la mamá se encuentre más confortable. La mayoría de los bebés están de acuerdo con su madre y lo hacen perfectamente.
No. Dar de mamar no debe de doler. Si lo hace es porque el bebé no está mamando correctamente.
La mayoría de las veces suele ser la postura inadecuada del bebé al mamar o un agarre al pecho incorrecto, lo que desencadena el dolor. El bebé debe de estar completamente girado hacia el pecho de la madre (vientre contra vientre), con la boca muy abierta y abarcando gran parte de la areola (generalmente el labio inferior queda evertido, hacia fuera). El bebé no debería apoyar la cabeza en el codo de la madre, porque de esta manera no puede extender bien la cabeza para enfrentarse al pecho.
Cuando el bebé está bien cogido al pecho su mentón toca el pecho de la madre, su labio inferior está evertido y al succionar sus mejillas están llenas, no se hunden. Y sobre todo la madre no nota dolor.
Además esto favorece el buen “vaciado” del pecho y asegura la producción de leche.
Si todo esto está bien, tu bebé está bien cogido al pecho, con una técnica correcta y sigue doliéndote al amamantarlo consulta con tu matrona, pediatra o en tu grupo de apoyo, para descartar otras causas de dolor menos frecuentes, y aconsejarte sobre otras posturas para amamantar.
La recomendación de muchas organizaciones de salud y sociedades científicas (Organización Mundial de la Salud, Academia Americana de Pediatría, la Asociación Española de Pediatría…) es la de amamantar al bebé de forma exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y como parte de una alimentación variada hasta los 2 años ó más, si la madre y el bebé lo desean.
Si tu bebé come bien y hace al menos 4-5 tomas al pecho, no son necesarios otros lácteos.
En muchas culturas la lactancia de niños mayorcitos, por encima del año de edad, (o lactancia prolongada) es algo habitual y cotidiano. Sin embargo, en nuestra cultura occidental esto es algo poco frecuente. Las madres que amamantan a niños mayorcitos encuentran muchas veces barreras y rechazo social, entre los profesionales sanitarios e incluso entre miembros de su propia familia, que se basan en mitos, prejuicios y creencias personales que no tienen ninguna base científica y no respeta los deseos de la madre y su bebé.
La lactancia materna es una fuente de salud: a mayor duración, mayor es su beneficio potencial.
El tamaño de las mamas, así como la forma de los pezones, no influye en la lactancia, aunque al principio podemos encontrarnos con alguna dificultad.
La mayoría de las mujeres con pechos pequeños llevan una lactancia sin problemas, puesto que la forma y el tamaño suele depender más de la cantidad de grasa presente en la mama. El tejido glandular, bien desarrollado, es el responsable de la producción de leche.
Solo en los raros casos de pechos pequeños por hipoplasia (falta de desarrollo completo de los mismos), entonces es más complicada la lactancia.
Tampoco la forma o el tamaño de los pezones influye en la lactancia, puesto que el bebé no se coge del pezón para mamar, si no del pecho: abre mucho la boca y se coge abarcando con ella parte de la areola. El pezón queda en la parte de atrás de la boca del bebé, en el paladar. Esta manera de cogerse al pecho lo que hace es ordeñar la mama y facilitar la salida de la leche sin molestias para la madre.
En cualquier caso, si los primeros días tienes problemas con el agarre del bebé, pide ayuda a profesionales que seguro sabrán ayudarte y aconsejarte.
La mayoría de los bebés que maman adecuadamente, van cambiando las características de las deposiciones a lo largo de la lactancia: los primeros días de vida los bebés expulsan heces negras, muy pastosas y pegajosas (meconio) y aproximadamente a partir de los 3-5 días las heces se van haciendo cada vez más verdosas, más claras (deposiciones de tránsito), y más frecuentes, de tal manera que a partir de los 5-6 días de vida, si va comiendo bien, las deposiciones serán líquidas, de una coloración amarillo-mostaza (algunas con grumos, como granos de arroz) y las hará varias veces al día (la mayoría tras cada toma, incluso más).
También un bebé que come bien moja entre 4-5 pañales al día.
Si ves que tu bebé mama con frecuencia, siempre que él quiere, con una técnica buena, se queda saciado tras las tomas (y tú notas cómo “vacía” tus pechos), descansa entre toma y toma, hace deposiciones como las que te he explicado y moja bien los pañales… entonces no hay porqué preocuparse. Seguro que tu bebé está comiendo muy bien.
Acude a las citas y a las revisiones de salud con tu Pediatra, que además controlará su peso y su desarrollo. No hace falta pesar al bebé todas las semanas, porque esto muchas veces lleva a confusión.
Hay muchos métodos anticonceptivos compatibles con la lactancia materna. De hecho, la lactancia materna funciona como método natural de control de la natalidad durante algún tiempo, siempre y cuando se den determinadas circunstancias (método MELA):
Si se cumplen estas condiciones, la eficacia de este método es de hasta el 98%.
Se pueden utilizar también los métodos barrera (preservativos, diafragmas con/sin espermicida, DIU) y los métodos hormonales. De estos últimos se prefieren utilizar aquéllos que contienen solo progestágenos, porque los anticonceptivos que combinan progestágenos y estrógenos tienen el riesgo de disminuir la producción de leche. La pastilla del día después también es compatible con la lactancia materna.
En las primeras 6 semanas postparto, los métodos no hormonales son los de elección.
Comenta tu caso con tu matrona o tu ginecólogo: ellos seguro pueden aconsejarte la elección del método que más se ajuste a tu estado actual y al de tu pareja.
Muchas mujeres que amamantan se quedan embarazadas y continúan amamantando al bebé. La leche suele cambiar el sabor y puede disminuir la producción de leche, por lo que algunos lactantes se destetan durante el embarazo de su madre. Otros en cambio siguen mamando encantados, hasta que nace el nuevo hermanito/a. Entonces la mamá amamanta a los dos: se llama lactancia “en tándem”. El pecho vuelve a producir calostro para el nuevo bebé y entonces haya que priorizar las tomas para el más pequeño.
No se han encontrado diferencias en la duración del embarazo, ni en el peso del recién nacido ni en su crecimiento posterior ni en la tasa de abortos, entre mujeres embarazadas que continúan amamantando y las que no.
Para la madre, la lactancia, aun suponiendo un mayor gasto energético, se considera compatible y sin riesgos en un nuevo embarazo.
En caso de amenaza de aborto o parto prematuro conviene observar si el amamantamiento provoca contracciones uterinas que hagan prudente la suspensión temporal de la lactancia.
A lo largo de la lactancia de un bebé existen circunstancias que precisan la extracción de leche: ausencias imprevistas, viajes, aliviar ingurgitaciones cuando el bebé es incapaz de mamar bien, trabajo fuera de casa…
Antes de extraerte la leche busca un lugar tranquilo, limpio, donde estés relajada, si puedes tener cerca a tu bebé mejor, pero si estás lejos de él, llévate algún objeto que te lo recuerde (alguna ropita, foto…). Aunque a veces esto es complicado, recuerda que las prisas y el estrés no facilitan la extracción de la leche.
Algunas mamás prefieren extraer la leche manualmente, sin necesidad de instrumentos o máquinas que les resultan molestas y poco naturales. En realidad, no es más que ordeñar la mama. Aunque la mayoría de las mujeres desarrollan su propio estilo natural, puedes comentar con tu matrona, tu grupo de apoyo o tu Pediatra la manera de hacerlo. La eficacia se mide por la comodidad en que se extrae la leche.
Otras mamás, en cambio, utilizan extractores (o “sacaleches”) diseñados para este fín y con los que se encuentran cómodas. Existen multitud de modelos en el mercado: manuales, a pilas, eléctricos… Busca el que mejor se adapte a ti. Lo mejor en un sacaleches es que sea cómodo para ti, fácil de limpiar, manejable (para poderlo transportar), que pese poco, y que produzca una extracción eficaz, no dolorosa y que a la vez, sea capaz de estimular el pecho para que siga produciendo leche.
Recuerda que la cantidad de leche extraída no es un indicador de la leche que produces, solo de lo que es capaz de extraer el sacaleches. Algunas madres con mucha producción se agobian porque extraen solo pequeñas cantidades de leche y creen que solo producen eso. Basta explicarles y relajarse para que aumente la extracción.
Y lo principal: el mejor sacaleches es siempre tu bebé. Si lo tienes cerca, póntelo al pecho: es mucho más agradable para los dos y más efectivo.
La leche extraída se puede almacenar en envases de vidrio o de plástico aptos para uso alimentario. Si puedes elegir, mejor los de vidrio puesto que los de plástico pueden contener sustancias tóxicas para la salud (ftalatos o bisfenol A). Puedes utilizar los envases de cristal pequeños de mermelada, legumbres… bien lavados y aclarados sirven perfectamente.
La leche materna tiene propiedades antibacterianas que permiten su almacenamiento por períodos más o menos largos de tiempo en determinadas condiciones:
En un congelador separado, tipo comercial, con temperatura constante de -19 ºC: 6 meses o más.
Almacena pequeñas cantidades de 60 a 120 ml para que si tu bebé no se la toma, no tengas que tirar el sobrante.
Si no utilizas la leche ese mismo día, lo mejor es congelarla. Si la extracción se realiza fuera de casa, puedes conservarla en una neverita portátil con frigolines y congelarla cuando llegues a casa.
La leche se puede descongelar sumergiendo el recipiente en otro con agua caliente, mejor que calentándola directamente. Si utilizas el microondas ten cuidado que no hierva y antes de dársela a tu bebé agítala bien y comprueba que no quema.
La leche descongelada se puede guardar en la nevera 24 horas pero no se debe volver a congelar. Es preferible descongelar pequeñas cantidades, las que se vayan a utilizar inmediatamente, para evitar pérdidas de nutrientes y de factores de defensa. La leche que haya probado el bebé no se debe almacenar de nuevo.
La vuelta al trabajo supone una dificultad para continuar amamantando a tu bebé, pero no imposibilita que lo hagas.
Existen diferentes posibilidades para mantener la lactancia:
Los galactogogos son productos (fármacos, plantas…) capaces de aumentar la producción de leche.
El mejor galactogogo, lo que más aumenta la producción de leche, es el contacto piel con piel entre la madre y el bebé, una lactancia a demanda, muy frecuente y con una técnica correcta.
Cuando todo esto falla, en determinadas circunstancias y siempre bajo supervisión sanitaria, se pueden utilizar determinados fármacos que pueden aumentar la producción de leche. Se aconseja utilizarlos a la menor dosis que produzca el efecto deseado y durante el menor tiempo posible.
A lo largo de la historia, en todas las culturas se ha asistido a las parturientas con el fín de facilitar su paso a la maternidad y de optimizar la lactancia materna. De esta manera, se les ofrecía determinados alimentos y hierbas, que servían para aumentar las fuerzas de la madre y mejorar la lactancia materna.
A pesar de su uso, actualmente sabemos que no hay evidencia científica de que determinadas plantas, infusiones o alimentos aumenten la producción de leche. Más aún, el abuso de algunas de ellas tiene el efecto contario, disminuye la producción, y debido a su contenido en algunas sustancias tóxicas podría dar graves problemas de salud a la madre y al bebé. Y es que parece que no siempre “lo natural” es bueno.
El Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatria tiene una página con mucha información para padres y profesionales, además de un foro donde plantear dudas y que responden padres y los mismos profesionales del Comité:
http://www.aeped.es/comite-lactancia-materna
http://www.aeped.es/comite-lactancia-materna/foros-comite-lactancia-materna
Algunos grupos de apoyo a la lactancia materna disponen también de información muy útil y elaborada. Estos son algunos ejemplos:
http://albalactanciamaterna.org
En esta página puedes consultar la compatibilidad de la lactancia materna con medicamentos, plantas y enfermedades maternas. Además tienes la posibilidad de poder plantear tus dudas por mail.